El tramadol es un opioide de acción corta, con baja afinidad por el receptor opioide μ lo que ha hecho pensar que los efectos secundarios, en particular la depresión respiratoria y la propensión a la adicción y el uso indebido, serían mínimos. Por todo esto, el tramadol es percibido por muchos médicos como más seguro que otros opioides de acción corta, aunque no hay datos que respalden esta opinión.

De hecho, los resultados encontrados en este estudio, publicado en el British Medical Journal, indican que el uso del tramadol se asoció con un mayor riesgo de uso prolongado de opioides en pacientes con un episodio agudo de dolor en comparación con otros opioides de acción corta. El riesgo de uso prolongado aumentó cuando las cantidades prescritas fueron mayores.

El tramadol no es un opioide-light, y debe prescribirse con cuidado y revisar el tratamiento con regularidad.